Basicamente, que a ver si se va pronto atomarporculoquenotodostenemoscocheoficial.....
Botella duplica los radares móviles con una previsión de recaudación en multas de 112,2 millones
El Ayuntamiento de Madrid busca el efecto sorpresa con los radares móviles de velocidad. Hasta el momento, la Policía Municipal y los agentes de Movilidad ubican estos dispositivos aleatoriamente por 200 puntos repartidos por toda la ciudad. Los agentes intentan camuflarse para pasar desapercibidos, pero muchos conductores ya tienen localizadas las calles donde se suele poner el furgón policial, el trípode y la cámara que mide la velocidad. Pero a partir de 2014, el Consistorio dirigido por Ana Botella prevé aumentar los puntos controlados por radares móviles a otros 200 más, con lo que habrá un total de 400 tramos cubiertos en la ciudad. El objetivo municipal, según consta en los Presupuestos del año que viene, es imponer el doble de sanciones: de las 10.000 multas al año actuales se pasará a 20.000 denuncias en 2014.
El Consistorio saca todos los días a la calle once dispositivos móviles de medición de velocidad (cinco controlados por los agentes de Movilidad y seis por la Policía Municipal), según fuentes del área de Medio Ambiente y Movilidad. “Para el año que viene tendremos los mismos radares, no se van a comprar más, pero se van a hacer más actuaciones. Los radares ya disponibles saldrán más a la calle, aumentarán los controles y se moverán por más zonas”, explican portavoces municipales.
Estos once cinemómetros móviles se suman a los 27 radares fijos ubicados en la M-30 y carreteras adyacentes, y a las 26 cámaras que cazan a los coches que se saltan los semáforos en rojo. Los nuevos puntos controlados por radares móviles coincidirán con “entornos de colegios, lugares con elevados índices de siniestralidad, vías rápidas donde los conductores suelen sobrepasar las velocidades permitidas y otros puntos problemáticos a solicitud de los vecinos que han detectado excesos de velocidad”, apuntan en Movilidad. Sin embargo, rechazan detallar los lugares exactos “porque si se avisa de la ubicación, los radares perderían su carácter disuasorio”.
“Son para reducir la siniestralidad”
Según la versión oficial, la intensificación de los controles de velocidad “no está pensada para recaudar más, sino para reducir la siniestralidad”. Sin embargo, tanto los conductores como los agentes encargados de colocar los radares están convencidos de que el principal objetivo es aumentar los ingresos municipales mediante multas. “Muchos puntos son para recaudar y los menos son para prevenir accidentes. De hecho, el coche y el aparato se suelen esconder para pillar por sorpresa a los coches”, explican fuentes del cuerpo municipal de Policía. “Lo que quieren es cazar por sorpresa. La consigna que dan los mandos es que se camufle la furgoneta y que se coloque en bajadas y grandes avenidas. También se ubican mucho en las entradas de la ciudad, donde pasas de una velocidad de autopista a una urbana, como es el caso de la entrada norte por la Castellana”, añaden los agentes de Movilidad.
Entre las avenidas de la capital donde más actúan los radares móviles están el Paseo de la Castellana (principalmente, a la altura de las Cuatro Torres, Cuzco y Nuevos Ministerios), el cruce entre el túnel de Bailén y la Cuesta de San Vicente, y los bulevares y rondas alrededor del distrito Centro (en avenidas como Doctor Esquerdo, Ronda de Toledo o General Martínez Campos). También suelen situarse en otras vías rápidas, como Méndez Álvaro, la Avenida Complutense, García Noblejas y Paseo de Extremadura, según fuentes policiales. Además, los propios conductores están utilizando las redes sociales para alertar a otras personas de la presencia de radares en tiempo real.
111,2 millones de recaudación en multas de tráfico
El Ayuntamiento guarda silencio sobre los puntos a los que se extenderán los dispositivos en los próximos meses. Pero los agentes consultados sospechan que el departamento de Movilidad los destinará a grandes avenidas de la periferia municipal “donde los coches llegan a alcanzar los 90 kilómetros por hora, a pesar de que el límite está entre 50 y 70 km/h”.
Se refieren a tramos de la avenida Cardenal Herrera Oria (Fuencarral), la avenida de los Poblados (Carabanchel y Usera), Vía Lusitana o Gran Vía de Hortaleza, entre otros. En cualquier caso, los policías aseguran que ni siquiera ellos saben con antelación dónde se van a colocar los radares: “Hasta el mismo momento de la salida no nos pasan las ubicaciones. El departamento designa las localizaciones día a día”, apuntan. En 2014, el Ayuntamiento prevé ingresar 111,2 millones de euros en concepto de multas por infracciones contra la ordenanza de Circulación. Los portavoces de Movilidad rechazan especificar qué cantidad de este dinero pertenece a recaudación con radares.
Botella duplica los radares móviles con una previsión de recaudación en multas de 112,2 millones
El Ayuntamiento de Madrid busca el efecto sorpresa con los radares móviles de velocidad. Hasta el momento, la Policía Municipal y los agentes de Movilidad ubican estos dispositivos aleatoriamente por 200 puntos repartidos por toda la ciudad. Los agentes intentan camuflarse para pasar desapercibidos, pero muchos conductores ya tienen localizadas las calles donde se suele poner el furgón policial, el trípode y la cámara que mide la velocidad. Pero a partir de 2014, el Consistorio dirigido por Ana Botella prevé aumentar los puntos controlados por radares móviles a otros 200 más, con lo que habrá un total de 400 tramos cubiertos en la ciudad. El objetivo municipal, según consta en los Presupuestos del año que viene, es imponer el doble de sanciones: de las 10.000 multas al año actuales se pasará a 20.000 denuncias en 2014.
El Consistorio saca todos los días a la calle once dispositivos móviles de medición de velocidad (cinco controlados por los agentes de Movilidad y seis por la Policía Municipal), según fuentes del área de Medio Ambiente y Movilidad. “Para el año que viene tendremos los mismos radares, no se van a comprar más, pero se van a hacer más actuaciones. Los radares ya disponibles saldrán más a la calle, aumentarán los controles y se moverán por más zonas”, explican portavoces municipales.
Estos once cinemómetros móviles se suman a los 27 radares fijos ubicados en la M-30 y carreteras adyacentes, y a las 26 cámaras que cazan a los coches que se saltan los semáforos en rojo. Los nuevos puntos controlados por radares móviles coincidirán con “entornos de colegios, lugares con elevados índices de siniestralidad, vías rápidas donde los conductores suelen sobrepasar las velocidades permitidas y otros puntos problemáticos a solicitud de los vecinos que han detectado excesos de velocidad”, apuntan en Movilidad. Sin embargo, rechazan detallar los lugares exactos “porque si se avisa de la ubicación, los radares perderían su carácter disuasorio”.
“Son para reducir la siniestralidad”
Según la versión oficial, la intensificación de los controles de velocidad “no está pensada para recaudar más, sino para reducir la siniestralidad”. Sin embargo, tanto los conductores como los agentes encargados de colocar los radares están convencidos de que el principal objetivo es aumentar los ingresos municipales mediante multas. “Muchos puntos son para recaudar y los menos son para prevenir accidentes. De hecho, el coche y el aparato se suelen esconder para pillar por sorpresa a los coches”, explican fuentes del cuerpo municipal de Policía. “Lo que quieren es cazar por sorpresa. La consigna que dan los mandos es que se camufle la furgoneta y que se coloque en bajadas y grandes avenidas. También se ubican mucho en las entradas de la ciudad, donde pasas de una velocidad de autopista a una urbana, como es el caso de la entrada norte por la Castellana”, añaden los agentes de Movilidad.
Entre las avenidas de la capital donde más actúan los radares móviles están el Paseo de la Castellana (principalmente, a la altura de las Cuatro Torres, Cuzco y Nuevos Ministerios), el cruce entre el túnel de Bailén y la Cuesta de San Vicente, y los bulevares y rondas alrededor del distrito Centro (en avenidas como Doctor Esquerdo, Ronda de Toledo o General Martínez Campos). También suelen situarse en otras vías rápidas, como Méndez Álvaro, la Avenida Complutense, García Noblejas y Paseo de Extremadura, según fuentes policiales. Además, los propios conductores están utilizando las redes sociales para alertar a otras personas de la presencia de radares en tiempo real.
111,2 millones de recaudación en multas de tráfico
El Ayuntamiento guarda silencio sobre los puntos a los que se extenderán los dispositivos en los próximos meses. Pero los agentes consultados sospechan que el departamento de Movilidad los destinará a grandes avenidas de la periferia municipal “donde los coches llegan a alcanzar los 90 kilómetros por hora, a pesar de que el límite está entre 50 y 70 km/h”.
Se refieren a tramos de la avenida Cardenal Herrera Oria (Fuencarral), la avenida de los Poblados (Carabanchel y Usera), Vía Lusitana o Gran Vía de Hortaleza, entre otros. En cualquier caso, los policías aseguran que ni siquiera ellos saben con antelación dónde se van a colocar los radares: “Hasta el mismo momento de la salida no nos pasan las ubicaciones. El departamento designa las localizaciones día a día”, apuntan. En 2014, el Ayuntamiento prevé ingresar 111,2 millones de euros en concepto de multas por infracciones contra la ordenanza de Circulación. Los portavoces de Movilidad rechazan especificar qué cantidad de este dinero pertenece a recaudación con radares.