¿Cómo detener a un delincuente que huye con su coche a toda velocidad por la autopista? La escena se ha repetido en innumerables ocasiones. La policía puede golpear con sus coches patrulla el automóvil que intenta escapar, interponer vehículos pesados en su camino o intentar reventar sus ruedas. Investigadores estadounidenses proponen una solución más segura: enviar una carga de energía que inutilice el vehículo.
Según informa Technology Review, científicos de Eureka Aerospace han anunciado que en un plazo de 18 meses los coches y helicópteros policiales podrían equiparse con un aparato capaz de inutilizar toda la electrónica de un coche que huye.
El dispositivo puede enviar durante 50 nanosegundos una potente señal de microondas contra un objetivo concreto, suficiente para dejar inservible el motor del vehículo contra el que se dirija.
El sistema convierte en microondas energía eléctrica procedente de la batería, y usa una antena se encarga de apuntar hacia el objetivo. Lo que queda dañado es el sistema electrónico del automóvil, sobre todo los microprocesadores que controlan importantes funciones, como la inyección de combustible. Los coches que no usen electrónica no resultarían afectados.
Este concepto se probó por primera vez en 1997 en el Ejército de EE UU, según la publicación. Pero entonces el quipo necesario tenía un tamaño demasiado grande, mientras que el desarrollo de Eureka no supera el metro de ancho.
Según informa Technology Review, científicos de Eureka Aerospace han anunciado que en un plazo de 18 meses los coches y helicópteros policiales podrían equiparse con un aparato capaz de inutilizar toda la electrónica de un coche que huye.
El dispositivo puede enviar durante 50 nanosegundos una potente señal de microondas contra un objetivo concreto, suficiente para dejar inservible el motor del vehículo contra el que se dirija.
El sistema convierte en microondas energía eléctrica procedente de la batería, y usa una antena se encarga de apuntar hacia el objetivo. Lo que queda dañado es el sistema electrónico del automóvil, sobre todo los microprocesadores que controlan importantes funciones, como la inyección de combustible. Los coches que no usen electrónica no resultarían afectados.
Este concepto se probó por primera vez en 1997 en el Ejército de EE UU, según la publicación. Pero entonces el quipo necesario tenía un tamaño demasiado grande, mientras que el desarrollo de Eureka no supera el metro de ancho.
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